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La Política Agrícola brasileña tiene como objetivo, entre otros, garantizar el aumento de la producción y la productividad agrícola, la regularidad del suministro interno y la reducción de las disparidades regionales. Esto implica la planificación a medio y largo plazo para reducir la incertidumbre en el sector agrícola. Un conjunto de acciones, incluyendo el crédito rural, el apoyo a la comercialización y la gestión de riesgos, forma la base de esta política. El seguro rural es esencial para mitigar los riesgos climáticos y proteger los ingresos de los agricultores. A pesar de sus beneficios, el seguro rural enfrenta desafíos, y la participación del Estado es fundamental para el desarrollo de este mercado.El escenario agrícola brasileño en 2023 presenta desafíos significativos, incluyendo dificultades presupuestarias, como se observan también en otros países después de la pandemia global. Las condiciones climáticas variables, junto con la llegada del fenómeno de El Niño, añaden incertidumbre. Las mudanzas climáticas están alterando la frecuencia e intensidad de El Niño, lo que hace difícil prever sus impactos. La adaptación y el monitoreo constante son esenciales para garantizar la seguridad alimentaria y el éxito agrícola.Cargo y Trayectoria del ponente: Luís Crisóstomo es economista del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil y actualmente desempeña el rol de Coordinador Operativo de Seguro Agrario en el Departamento de Gestión de Riesgos, actuando en el Programa de Subvención a la Prima de Seguros Agrarios desde el año de 2015, y posee experiencia previa en el sector bancario, así como un rol como analista en la Compañía Nacional de Abastecimiento – Conab.

PONENCIA DE LUIS AUGUSTO CRISÓSTOMO DE SOUSA